Voidoid

 

Charles Vidor. “Gilda”. 1946

“… When I look in your eyes
I see the devil inside…”

Lo son, aquellas personas que suelen siempre convertir lo execrable en un mutismo normalizable, la tierna candidez de un virus infeccioso de maneras discretas y secuelas catastróficas.

Deluge

 

Philippe de Broca. “L’Homme de Rio”. 1964

“… Hey, where are you?
Where is this?
Who are you?
Is this the wrong floor?
Is this the wrong floor? Ah…”

Uno debe ser siempre el protagonista estelar de sus propios sueños y sus propias miserias.

Paragon

 

Andrzej Zulawski. “Mes nuits sont plu belles que vos jours”. 1989

“ganz vorsichtig
packen wir das an
ganz vorsichtig
wir schieben es nicht länger vor uns her
wir öffnen den Verschlag
und holen
stück für stück
die kleinen Rätsel
aus der Kiste
ganz vorsichtig
ganz vorsichtig
vorsichtig…”

Resulta interesante conocer a una persona desconocida que desconoce todo sobre ti, siquiera para re-conocer todo lo previsible y asumible que existe en ti mismo y en todo ese proceso de inevitable descubrimiento. Las estadísticas certeras de previsibilidad.

Bargain

 

Jean-Luc Godard. “King Lear”. 1987

“… No, you never know who might not get the joke
And God could send a stone from heaven
Yeah, the whole world's at death's door now
And they're picking at the lock
But rent ain't getting any cheaper
So who you really helping?..”

La condición mezquina de la querencia hacia lo extremadamente barato desprovisto de moral alguna, el anzuelo del sistema en el que la ética queda inhibida de facto, aunque la verbalización progresista y el compromiso medioambiental queden relegados a hipócritas declaraciones que engrosen las (tan populares) estadísticas de aquellas buenas intenciones sin ninguna intención.

Casi nadie parece poder, ni querer sustraerse al ahorro inmediato que provoca consecuencias letales predecibles colectivas, claro. Esto es, quedamos bien ante los demás mientras seguimos en nuestros actos consuetudinarios la cadena que perpetúa la decadencia del mundo occidental y de nuestra sostenibilidad ambiental, ese concepto tan querido por (casi) todos y tan escasamente puesto en práctica. No cabe excusa alguna para semejante despropósito (el disfraz de la economía paupérrima). Sin compromiso real y con la cicatería normalizada no existe futuro posible. “You are what you do, not what you say you will do”.

Resonancias

 

Howard Hawks. “The Big Sleep”. 1946

“… Aren't people made to chime?
It never makes me happy anymore
Always singing in my mind
And talking just provokes it, ahh-ah…”

De entre los ecos de futuros posibles e imágenes predecibles, el perfil de una imagen difícil de resolver y complicada de retener. El esfuerzo de hacer de tripas corazón y no girar el cuello, mantener la dignidad más que el orgullo y la certidumbre iluminada de un solitario pero atractivo recorrido desprovisto de interferencias tóxicas. La evangelización del sujeto mismo por encima de otras truncadas labores misioneras, abocadas desde sus comienzos al más estrepitoso de los fracasos.

Inconsistencia

 

Henri-Georges Clouzot. “Le Salaire de la peur”. 1953

“… No angels left
Abandon the stars
Pull on the rope
And say it to me…”

Las personas sin identidad propia, vulnerables, influenciables, volátiles, son como camiones cargados de nitroglicerina. Al más mínimo movimiento inestable se provocan daños devastadores en la sique del individuo y su efecto expansivo produce daños colaterales incalculables, perfectas dianas de un turbo-capitalismo que precisa para desarrollarse de una anemia sistémica colectiva. 

Substanciarse

 

Robert Hossein. “Les yeux cernés”. 1964

“… It's not enough to set the terms
If nothing ventured, nothing earned
It's how it's always been…”

Concretar un recorrido vivencial, sentimental se asemeja a un viaje que nos proporciona un estado cognitivo de re-capitulación y re-interpretación de la pulsión vital. El amor como tal, el concepto de amor en su esencia, no existe más que en una crónica fantasiosa sublimada, resulta sólo un estado de la mente.

Eclecticismo

 

Louis Malle. “Le Feu follet”. 1963

“One too many goals
That measure out your worth
To seek your weight in gold
Sat by the ivory sill
The further out you look
The further out you'll be…”

El gusto por todo sin especial relevancia o acento demuestra en contadas ocasiones una versatilidad a prueba de coyunturas y esnobismos turbo-capitalistas, pero apenas en contadas ocasiones. Por lo general, aquella reivindicación de una pluralidad ciertamente contaminada esconde la falta de criterio y relevancia que asimismo se aplica en las decisiones cotidianas y los acuerdos sentimentales. Cuando mucho suele ser nada y cantidad sólo acumulación.

Excrecencia

 

Robert Enders. “Stevie”. 1978

“… So rage
Against the day
You know there's no wasted time
I know I'm not wasting mine…”

Esas personas que critican de manera permanentemente determinadas cosas porque (en realidad) no las pueden alcanzar, hasta que está en opciones de alcanzarlas, entonces desaparece toda la estrategia crítica desarrollada y emerge la verdadera identidad de la airada demandante. La frustración de la fracasada que encubre su verdadera responsabilidad.

Encegecido

 

Andrzej Zulawski. “Mes nuits sont plu belles que vos jours”. 1989

“… I’ll keep holding on to you
See no use perfecting lives with strangers
If only you, if only now”

Cuán raudos nos prestamos a compartir y exteriorizar el advenimiento de una nueva pasión, de una nueva aventura afectiva que se encapricha eterna y sin mácula, hasta después del primer beso y de las rutinas patológicas que acaban convirtiéndolo en un asunto, cuando menos, tenebroso, siniestro.
Los efectos finales de esta recurrente aventura rara vez se explicitan o comparten a una gran mayoría. Es el fracaso personal y colectivo el que se pretende a toda costa soslayar, mantener una imagen de éxito y triunfos permanentes, que no empañe una vida entregada a la superficie, supports-surfaces.

Broken Biscuits

 

Aki Kaurismäki. "Fallen Leaves". 2023

“… Some do the deed with so many tears, and some without a sigh.
For each man kills the thing he loves, yet each man does not die”

A valueless collection of hopes and past desires.
El fragmento como microtestimonio arqueológico del todo, la parte que habilita la re-construcción de acontecimientos convertidos en una miríada de fragmentos que sobrevuelan en la meta-aprehensión del final de cualquier empresa transitoria humana.

Deslumbrar

 

Nicholas Ray. “In a Lonely Place”. 1950

“… To be anaesthetized
And crave emotion
So beautiful
To hurt so well
I know you're right
I know you're right, girl…”

La capacidad de hipnosis inicial generada en el vínculo se torna reiteradamente diluyente, escasa, anémica del primígeno encantamiento en el que todos los participantes asumen conceder. El torbellino enceguecedor que proporciona un hálito de vida abducida ciertamente perentoria.

Reversibilidad

 

Andrzej Zulawski. “Mes nuits sont plu belles que vos jours”. 1989

“… You found the blood upon my clothes
And you washed it out
And if you think you knew me then
You don't know me now…”

Aquella innata necesidad de recuperar las diferentes oportunidades para reinventarse en un traje mejorado, como un comando zeta que ofreciera la oportunidad de resarcirse y superar las opciones tomadas. La tranquilidad de la posibilidad de las puertas siempre abiertas aunque sólo sea para que permanezcan eternamente en el estado de contingencia.

Púlsares

 

Garry Marshall. “Frankie & Johnny”. 1991

“… When you're out there running
With the wings on your feet
Thought the music would save you
I wished it saved me
I pray the world still has mercy
And you still love me
I thought I saw you smiling
In all my memories…”

Las expectativas hacia el otro no sólo se limitan a unos meros aspectos formales, superficiales, el anhelo mitificado aspira a una definición sublimada de un sosias icónico inalcanzable.

Pertinencia

 

Vincente Minnelli. “The Cobweb”. 1955

“Home, home, home
Home, home, home
Take me home…”

Poseer y acumular, nada más valioso y apreciable que la dimensión acreedora. Si los vínculos de la camaradería perfilan al sujeto, los objetos y valores adquiridos definen al individuo en sus caracteres identificables, por encima de cualquier apreciación y valoración ostentosa. El conjunto de elementos que en su totalidad se transforman en un todo reconocible, auto-reconocible como propio, en su especularidad.

Gimmick, gimmick shelter!

 

Andy Warhol. “Screen Test: Nico”. 1965

“… Every brother is a star
Every sister is a star
Every brother is a star
Every sister is a star…”

El endiosamiento dócil y acelerado de la super-star trendy-guay

¿Es verosímil creer en algo a todas luces forzado, evidentemente mistificado?
Esa supuesta rebeldía alternativa, bastante licuada, aderezada de un misticismo like-a-prayer de saldo muy manido, complementada con una pretendida empatía social, una mundanalidad ventajosa pero sin voluntaria efectividad realpolitik cuando se demanda (“Yo sólo soy una artista”, que dijo Melody), no es más que el enésimo ejemplo de cliché irreverente y “progresista” de falsa modernidad feminista (constructo del grupo PRISA) que sólo sorprende a quienes quedan dóciles a la previsible pantomima capitalista.
No es que el personaje convenientemente pergeñado abduzca al músico, es que el turbo-capitalismo convierte con suma facilidad cualquier propuesta artística en un instrumento de alienación colectiva ( a la música se le viene dando muy bien este rol), un calculado adormecimiento de masas en el que el artista participa plenamente consciente de sus efectos y procederes, sabedor de que las ventajas económicas superan los denostados principios éticos, a veces con la coartada de que se lucha contra el capitalismo “dentro” de él. La post-modernidad mal digerida.

En líneas generales, un sobre-dimensionamiento mercado-técnico sobre la música, la propuesta artística, que queda relegada a un segundo plano y en la que los medios de comunicación toman partido alevoso de semejante orquestación mercantil, dado que todos sacan pingües beneficios de semejante infección, tan subyugante para una masa que lo mismo se compra un iPhone 17, que se deja mullet choni y bigotito, que se destroza los brazos con ornamentos berretas, que adora el último grito musical sin apenas cribado y auto-convencimiento, sin más convicción que seguir a los demás en turba callejera consumista finisecular, en una suerte de movimiento en falso de individualismo colectivizado, enquistado en aquella cadena fordista de Jesús y María, la del prócer Adam Smith.

Esta suerte consuetudinaria de capitalismo progresista resulta un oxí-Moron de cifras incalculables en nuestros días, en el que el único progreso verificable es su expansión desbordada. It’s just a kiss away, it’s just a kiss away.

Hit the ground

 

Philippe de Broca. “L’Homme de Rio”. 1964

“… I know i'll never feel the heavy weight
I know for me it's not too late
I saw the fire in the sky light
I saw them fall apart and die…”

"Everyone has a plan until they get punched in the face"

Una cosa es el atrevimiento, la valentía y otra cosa es la desesperación, la falta de un plan mínimamente organizado que garantice, a pesar de los imponderables, no sólo buenos resultados sino la prevención de un estado de frustración abocado a la melancolía.

Cut-up

 

Albert Lewin. “Pandora and the Flying Dutchman”. 1951

“… Doberman, they stood proud
The ferns loomed as I lay
The waves slapped like shin to wood
And I laid, I laid, I laid…”

El mal se va enriqueciendo con pequeños y domésticos detalles, un proceso acumulativo que estalla en grandes trazos cuando desborda lo maligno presupuestado y se extiende en todas direcciones, ajeno a las propias expectativas del alma maligna.

Lust for life

 

Andrzej Zulawski. “Mes nuits sont plu belles que vos jours”. 1989

“… And in the twilight of this hour
When fools are mistaken for men
This shadow suits me well
My regrets are faced in the end…”

Esa inevitable vocación desde lo vital tan arriesgada como necesaria. Recurrente cardioide repleta de territorios cenagosos en los que debe transitar cualquiera que desee trascender lo pronosticable, aunque la realidad de la mayoría de voluntades termine confirmando más gestos mediocres, previsibles, miméticos colectivos que auténticas grafías de lo singular. La sangre de la vida.

Astray Heart

 

Sydney Pollack. “Three Days Of The Condor”. 1975

“… Could I change?
Could I only choose?
No, no, not me
I was born to lose”

Si no se es capaz de reconocer a lo amigo, a la amistad, al menos se ha de reconocer con claridad al enemigo, a lo que es fehacientemente perjudicial. En caso contrario, las posibilidades de una permanente derrota emocional crecen exponencialmente, aquella consistente amenaza de un estado de ansiedad constituido por la alevosa elusión de un problema crucial.